¿Te imaginas tener un jardín miniatura que no requiere mucho espacio ni cuidados especiales? Los jardines en botellas o más conocidos como terrarios, son la tendencia perfecta para los amantes de las plantas y la decoración. Hoy te brindaremos tips para que puedas crear el tuyo y disfrutar de un bosque miniatura.
Para empezar, te contamos que un jardín en botella es básicamente un ecosistema en miniatura. Al igual que un acuario, un terrario cerrado crea un microclima húmedo y cálido, ideal para el crecimiento de ciertas plantas.
Materiales necesarios:
Botella de vidrio: Puedes utilizar botellas de diferentes formas y tamaños, es importante que esta tenga una apertura suficientemente grande para que puedas llenar la botella con los materiales.
Briofitas: Estas plantas ayudan a retener la humedad y son una base suave para las plantas.
Carbón activado: Ayuda a filtrar el agua y prevenir el crecimiento de algas.
Plantas pequeñas: Elige plantas que se adapten a ambientes húmedos y con poca luz, como helechos, también pueden ser plantas para climas tropicales.
Grava o piedras pequeñas: Sirven como drenaje y añaden un toque decorativo.
Agua: Necesitarás agua para humedecer el sustrato y crear el microclima.
Pasos para armar tu terrario:
Primero debes asegurarte de que la botella esté completamente limpia y seca. Comienza por agregar materiales que ayuden al drenaje, para ello coloca una capa de grava o piedras pequeñas en el fondo de la botella. Luego, coloca una capa delgada de carbón activado sobre la grava para ayudar a filtrar el agua. Sobre el carbón, coloca una capa de briofitas húmeda y cuidadosamente empieza a plantar tus plántulas o plantas pequeñas, asegurándote de que tengan suficiente espacio para crecer, al final cierra herméticamente la botella, este paso es muy importante para el funcionamiento del terrario.
Para mantener tu jardín en botella en perfectas condiciones, es fundamental brindarle los cuidados adecuados. Colócalo en un lugar luminoso, pero evita la luz solar directa, ya que podría quemar las plantas. El riego debe ser moderado, solo cuando el sustrato esté completamente seco, y la frecuencia dependerá del tipo de plantas y del tamaño del recipiente. Observa tu jardín con regularidad para detectar cualquier signo de problemas, como exceso de humedad, que podría provocar la aparición de hongos, o plagas, que podrían afectar el crecimiento de tus pequeñas plantas.
Antes de finalizar te dejamos preguntas frecuentes sobre los terrarios.
La frecuencia de riego dependerá del tamaño de la botella, el tipo de plantas y las condiciones ambientales. Generalmente, se recomienda regar solo cuando el sustrato esté completamente seco. Una buena regla general es observar la condensación en las paredes de la botella: si hay mucha condensación, es probable que no necesites regar.
La condensación en las paredes de la botella es un proceso natural. El agua se evapora del sustrato, se condensa en las paredes frías y luego gotea hacia abajo, completando el ciclo del agua dentro del terrario.
Las algas pueden aparecer si hay demasiada luz o si el sustrato está demasiado húmedo. Para reducir las algas, puedes disminuir la cantidad de luz o reducir la frecuencia de riego.
Sí, puedes abrir tu jardín en botella para limpiarlo o agregar nuevas plantas. Sin embargo, evita abrirlo con demasiada frecuencia, ya que esto puede alterar el equilibrio del ecosistema.
La duración de un jardín en botella depende de varios factores, como el tipo de plantas, los cuidados que reciba y las condiciones ambientales. Con los cuidados adecuados, un jardín en botella puede durar muchos años.
Si una planta se pudre, es importante retirarla lo antes posible para evitar que afecte a las demás. Asegúrate de limpiar bien la zona afectada antes de introducir una nueva planta.
No se recomienda agregar fertilizante a un jardín en botella cerrada, ya que esto puede desequilibrar el ecosistema y provocar el crecimiento excesivo de algas.
Un olor desagradable puede indicar que hay un exceso de humedad o que alguna planta se está pudriendo. Abre la botella, retira las partes dañadas y asegúrate de que haya una buena ventilación.
Puedes utilizar diferentes tipos de sustrato, como briofitas, fibra de coco o una mezcla de ambos.